La verdad si tuviera que definir qué se
siente estar embarazada hoy en la post modernidad, 2012, con algunos
pronósticos del fin del mundo, diría que es una mezcla de sensaciones. No entro
en ninguna de las definiciones o experiencias escuchadas hasta el momento. Me
siento bastante alien para ser honesta. Siempre me resultaron difíciles las
etiquetas. Esas preguntas como qué música escuchás, de qué palo sos,
conservadora o zurda, jamás me resultaron fáciles de responder. No era ni de
aquí, ni de allá. Loco, para una persona que maneja su vida emocional en
extremos. Pero, bueno, se ve que para el resto de mi vida siempre fui bastante
equilibrada. En fin, para mí el embarazo está siendo un estado físico confuso y
de permanente adaptación, con un deseo incontrolable de ser yo en su máxima
expresión y mentalmente desgastante porque mi psiquis escucha a mi cuerpo y a
mi deseo pero al afuera parece no importarle. A ellos parece que les gusta que
me maneje en los extremos. Hay un movimiento que aboga por escuchar al cuerpo
para tener una vida más sana. Hermoso en teoría pero cuando llega el momento de
ponerlo en práctica al servicio de salud, a las empresas, les importa un comino
el estado de alerta que detectes en tu cuerpo. O sea, que en definitiva,
escuchar a mi cuerpo me hace ver el principio de la hecatombe pero mucho no se
puede hacer. Y con el embarazo, esto es como la paradoja de las paradojas. Te
sentís mal, pero ninguna guardia, ningún médico domiciliario te dice “Flaca, si
te sentís así, quedate en tu casa”. Si no hay fiebre, salí con 3º. Quedate
tranqui que en ese momento, te doy un par de días. Igual, ya te aviso,
fumatelá porque no podés tomar
nada. Quedó clarísimo que el embarazo no
es sinónimo de enfermedad. Ya entendí que puedo tener vida normal. Ahora, si me
siento mal, ¿tengo que llegar a estar en riesgo yo o mi bebé para que alguien
me escuche?¿ No es suficiente lo que me pasa?¿ Acaso no lo dice el dicho “Mejor
prevenir que curar”? Pero, bueno, yo
creo que en parte las mujeres y su movimiento “las mujeres lo podemos todo”
tienen responsabilidad en esto que nos pasa. O al menos, en lo que a mí me
pasa. Calculo que no debo ser la única o eso espero. Hola, mujeres, que algunas
se sientan espléndidas y enérgicas no significa que las demás seamos ñoñas.
Dejemos de cagarnos entre nosotras y seamos más solidarias. Me incluyo por
haber abierto la boca sin saber de lo que hablaba.
En fin, mentira nº1: El embarazo es el mejor
estado de la mujer.
Unico sí, lo de “mejor estado” depende del
cuerpo de cada uno. Al mío los cambios lo superan, así que su mejor estado es
cuando hay calma y está todo bajo control.
No es
el caso.
Mentira nº 2: El embarazo trae privilegios.
No. La gente se pelea para evitar darme el
asiento, en mi trabajo me miran dudoso y comentan por lo bajo (no lo vi, pero
ni falta que hace), me hablan por conveniencia algunos.
Verdad nº 1: La revolución hormonal te cambia
el estado de ánimo.
100% realidad brutal.
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